Mendelssohn y la juventud
Hay datos de la historia de la música que no llegan a apreciarse hasta que uno tiene "cierta edad"... o es un viejo, como dirían mis alumnos. Por ejemplo, si alguna vez informo de que algún compositor murió muy joven, siempre hay alguien que pregunta ¿con cuántos años? y digo 38 (por Mendelssohn), 35 (por Mozart), 31 (por Schubert) o 26 (por Pergolesi)... se escandalizan ostensiblemente de que eso "no es ser joven". Y si comento la edad a la que algunos de estos genios escribieron sus primeras obras, tampoco les parece algo admirable... seguro que no jugaban a la Play tan bien como ellos, qué tontería eso de componer, vaya unos amargados.
Cuando Felix Mendelssohn-Bartholdy escribió su obra más conocida para el gran público, la música incidental para la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano (de la que forma parte la archiconocida Marcha Nupcial), contaba con 17 años... pero ¡qué 17 años! No había perdido el tiempo: a esa edad era una persona de una cultura más que envidiable, además de un músico maduro y con una sólida formación. Tocaba el piano, componía sinfonías y óperas, era un notable dibujante, alumno de Hegel, admirado por Goehte... ya por aquel entonces era un profundo conocedor de la obra de Bach y estaba a punto de convertirse en el responsable de la resurrección de este compositor para el gran público: tenía 20 años cuando dirigió el reestreno de La Pasión según San Mateo, momento clave del redescubrimiento del gran genio que por aquellas fechas estaba completamente olvidado.
Es, desde luego, una figura capital en la cultura europea del siglo XIX... lo cual no está nada mal para un hombre que tan sólo vivió 38 años (¡a algunos nos ha cundido bastante menos!). Os dejo con una de mis obras favoritas de este increíble personaje: el primer movimiento, Allegro molto appassionato, del Concierto para violín y orquesta en mi menor Op. 64, interpretado por Yehudi Menuhin y la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Rafael Frühbeck de Burgos.
Es, desde luego, una figura capital en la cultura europea del siglo XIX... lo cual no está nada mal para un hombre que tan sólo vivió 38 años (¡a algunos nos ha cundido bastante menos!). Os dejo con una de mis obras favoritas de este increíble personaje: el primer movimiento, Allegro molto appassionato, del Concierto para violín y orquesta en mi menor Op. 64, interpretado por Yehudi Menuhin y la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Rafael Frühbeck de Burgos.
2 comentarios:
Muy interessante el modo como los niños veem la edad. Para ellos todos somos viejos.
Bonito homenaje a Mendelssohn.
(Intentando mi castellano!)
Saludos.
¡Excelente tu castellano! Ya me gustaría a mí hablar un poquito de portugués... porque, leído, aún entiendo un poquito, pero hablado nada de nada...
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