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16 noviembre 2008

Bérgamo

Bérgamo es más que una ciudad. Es un lugar encantado, una poesía hecha ciudad, un paisaje de ensueño.


Debussy. Claro de luna, de la Suite Bergamasque, en la interpretación de Peter Schmalfuss al piano.

Ignoro si Claude Debussy había estado en Bérgamo antes del año 1890, ya que el título de su Suite Bergamasca procede de un verso de Verlaine... Votre ame est un paysage choisi-que vont charmants masques et bergamasques. Porque la belleza de sus calles, de sus  iglesias, de sus parques, de sus vistas... también podían haberle servido de inspiración.

Os animo a visitar Bérgamo con la compañía de su más ilustre hijo musical, Gaetano Donizetti, que aunque prácticamente sólo compuso ópera hoy nos hace de guía con el Andante de su Cuarteto en Re.


La música está interpretada por The Academy of St. Martin-in-the-Fields dirigida por Neville Marriner.

Nueva edición, 18 de noviembre. Jesús ha escrito en un comentario la traducción del poema de Verlaine en el que se inspiró Debussy para su Claro de Luna. Aquí está, para quien quiera leerlo al compás de la música.

CLARO DE LUNA

Delicioso paisaje es vuestra alma
con el canto de máscaras y disfraces
que tañen sus laúdes y bailan aunque
tristes bajo sus ropas multicolores.

Esos seres aunque en modo menor canten
al amor victorioso y a la vid oportuna
no parecen creer en su felicidad
y unen sus cantos al claro de luna,

Al sereno, triste y hermoso claro de luna
que hace soñar a los pájaros en los árboles
y sollozar de éxtasis a los altos surtidores,
esbeltos juegos de agua entre los árboles.

08 abril 2008

Mariposas


Monarch butterfly cluster. Fotografía original de flopper.

Dentro de las muchas acepciones de la palabra "estudio", que con frecuencia tanto desagrada a los que tienen el mismo como "oficio", a mí me gustan todas, pero hoy nos vamos a fijar en la número 9 (según la RAE).

(Del lat. studĭum).
1. m. Esfuerzo que pone el entendimiento aplicándose a conocer algo.
2. m. Trabajo empleado en aprender y cultivar una ciencia o arte.
3. m. Obra en que un autor estudia y dilucida una cuestión.
4. m. Lugar de trabajo de un artista o profesional liberal. Estudio de un arquitecto, de un abogado
5. m. Apartamento de reducidas dimensiones, dedicado por lo general a vivienda o despacho.
6. m. Conjunto de edificios o dependencias destinados a la realización de películas cinematográficas, a emisiones de radio o televisión, a grabaciones discográficas, etc. U. m. en pl.
7. m. Aplicación, maña, habilidad con que se hace algo.
8. m. Institución que da origen a la universidad.
9. m. Mús. Composición destinada a que el ejecutante se ejercite en el dominio de cierta dificultad.
10. m. Pint. Boceto preparatorio para una obra pictórica o escultórica.
11. m. pl. Conjunto de materias que se estudian para obtener cierta titulación.


En principio, un estudio puede ser una composición árida y aburrida destinada a machacar alguna dificultad técnica, que desespera al ejecutante y pone a prueba los nervios de sus familiares y demás vecindario. Pero en algunas ocasiones, un buen compositor puede regalar a los estudiantes con una fórmula que enseñe y, al tiempo, sea una obra de arte. Hay algunos ejemplos en la historia de la música: pedagogía convertida en arte. Uno de mis ejemplos favoritos es la colección de estudios de Chopin, de notable dificultad técnica y de una belleza deslumbrante. Algunos se han popularizado con nombres más o menos evocadores que sugieren una cercanía a la música programática... Tristeza, Revolucionario, El vuelo de las mariposas, o con una referencia a la dificultad técnica que tratan de solventar: octavas, sextas, terceras... Aunque el autor permaneciera al margen de estos bautizos con que el público y los estudiantes ayudan a sus memorias, a mí me han servido para tener una excusa visual con que ilustrar este breve y saltarín estudio: El vuelo de las mariposas... o, mejor dicho, Estudio para piano Op. 25 nº 9.




¡Feliz Primavera!

La música está interpretada al piano por Earl Wild.

04 febrero 2008

La Bohème, de Puccini

Los próximos días 7 y 8 de febrero se va a representar en el Teatro Circo de Albacete la ópera La Bohème, de Giacomo Puccini. En principio sólo iba a haber una representación, pero dado que se completó el aforo con los abonos decidieron ofrecer una representación más, lo cual es muy de agradecer. Quedan pocas entradas, pero aún hay alguna.

La Bohème es la ópera favorita de mucha gente que conozco. Como todos sabéis, narra los amores de Rodolfo y Mimì en el París bohemio del siglo XIX. Es una obra llena de bellos momentos, entre los cuales yo me quedo con el final del primer acto. Mimì y Rodolfo se acaban de conocer, y se presentan en sendas arias. La de Rodolfo, tenor, Che gelida manina, cuenta que es poeta, un soñador, pobre en lo material pero rico en vivencias e imaginación. Escuchadlo en la interpretación de Josep Carreras, en el Liceo, con Montserrat Caballé en el año 80.





RODOLFO
(tenendo la mano di Mimì, con
voce piena di emozione)
Che gelida manina!
Se la lasci riscaldar.
Cercar che giova?
Al buio non si trova.
Ma per fortuna
è una notte di luna,
e qui la luna l'abbiamo vicina.

(Mimì vorrebbe ritirame la mano)

Aspetti, signorina,
le dirò con due parole
chi son, che faccio e come vivo.
Vuole?

(Mimì tace: Rodolfo lascia la mano di
Mimì, la quale indietreggiando trova
una sedia sulla quale si lascia quasi
cadere affranta dall'emozione.)

Chi son? Sono un poeta.
Che cosa faccio? Scrivo.
E come vivo? Vivo.
In povertà mia lieta
scialo da gran signore
rime ed inni d'amore.
Per sogni, per chimere
e per castelli in aria
l'anima ho milionaria.
Talor dal mio forziere
ruban tutti i gioielli
due ladri: gli occhi belli.
V'entrar con voi pur ora
ed i miei sogni usati
e i bei sogni miei
tosto son dileguar!
Ma il furto non m'accora,
poiché vi ha preso stanza
la dolce speranza!
Or che mi conoscete,
parlate voi. Deh, parlate.
Chi siete?
Via piaccia dir?

RODOLFO
(Sujetando la mano de Mimí y
con la voz henchida de emoción)
¡Qué manita tan fría!
Déjeme que se la caldee.
Buscar, ¿qué importa?
En la oscuridad nada se encuentra.
Aunque, por fortuna,
es una noche de luna,
y, aquí, la luna la tenemos cerca.

(Mimí intenta liberar su mano)

Espere, señorita,
le diré en dos palabras quién soy,
qué hago, cómo vivo.
¿Quiere?

(Mimí calla. Rodolfo suelta la mano
de Mimí, Quien, yendo hacia atrás,
encuentra una silla sobre la que se
deja caer ,abatida por la emoción)

¿Quién soy?...Soy un poeta.
¿A qué me dedico?...Escribo.
Y, ¿cómo vivo?...Vivo.
Aun en mi pobreza despilfarro,
como un gran señor,
rimas e himnos de amor.
En sueños y en quimeras
y en castillos en el aire
tengo el alma millonaria.
Y ahora, del cofre de mis tesoros
me roban todas las joyas
dos ladrones: Esos bellos ojos
que han entrado con usted,
y, mis sueños de siempre,
mis bellos sueños,
veo evaporarse!
Pero no importa que me los roben
pues han hecho renacer en mí
una dulce esperanza.
Ahora que me conoce,
hable usted; vamos, hable.
¿Quién es?
¿Le apetece decírmelo?

Mimì acepta la invitación de Rodolfo, y se presenta a su vez. Es también muy pobre; se gana la vida bordando y se muestra con una sencillez y un encanto tan conmovedores que conquista en este aria el corazón de Rodolfo y, sin duda, el de todo el auditorio.



MIMÌ
(È un po' titubante, poi si decide
a parlare; sempre seduta.)
Sì.
Mi chiamano Mimì,
ma il mio nome è Lucia.
La storia mia è breve.
A tela o a seta
ricamo in casa e fuori...
Son tranquilla e lieta
ed è mio svago
far gigli e rose.
Mi piaccion quelle cose
che han sì dolce malìa,
che parlano d'amor,
di primavere,
che parlano di sogni
e di chimere,
quelle cose che han nome poesia...
Lei m'intende?

RODOLFO
(commosso)
Sì.

MIMÌ
Mi chiamano Mimì,
il perché non so.
Sola, mi fo il pranzo
da me stessa.
Non vado sempre a messa,
ma prego assai il Signore.
Vivo sola, soletta
là in una bianca cameretta:
guardo sui tetti e in cielo;
ma quando vien lo sgelo
il primo sole è mio
il primo bacio dell'aprile è mio!
Germoglia in un vaso una rosa...
Foglia a foglia l'aspiro:
Cosi gentile
il profumo d'un fiore!
Ma i fior ch'io faccio,
ahimè,
il fior ch'io faccio
ahimè! non hanno odore.
Altro di me non le saprei narrare.
Sono la sua vicina
che la vien fuori d'ora a importunare.

MIMÍ
(Titubea, pero se decide a hablar.
Sigue sentada)
Sí.
Me llaman Mimí,
aunque me llamo Lucia.
La historia mía es breve.
En tela o en seda bordo,
en casa y fuera.
Soy tranquila y alegre,
y me distraigo
haciendo lirios y rosas.
Me gustan las cosas
que tienen ese dulce hechizo,
que hablan de amor,
de primaveras;
que hablan de sueños,
y de quimeras,
esas cosas que llaman poesía...
¿Me entiende?

RODOLFO
(Conmovido)
Sí.

MIMÍ
Me llaman Mimí.
El por qué ... no lo sé.
Sola me hago la comida,
para mi sola.
No voy siempre a misa,
pero le rezo bastante al Señor.
Vivo sola, solita; ahí,
en una pequeña habitación blanca,
miro a los tejados y al cielo.
Y, cuando comienza el deshielo,
el primer sol es mío,
¡el primer beso de abril es mío!
Germina, plantada, una rosa,
hoja a hoja, la aspiro;
es tan delicado
el perfume de una flor...
Pero las flores que yo hago,
¡ay de mi!
las flores que yo hago... ¡ay!
no tienen olor...
De mi, nada más sabría contarle.
Soy su vecina que le viene,
a deshora, a importunar.


Bien podía haber terminado aquí este primer acto Puccini. Pero todavía tenía otra sorpresa para culminar una de las más bellas secuencias de la historia de la ópera. Un dúo, O soave fanciulla, con el mismo vuelo lírico de las arias anteriores.



SCHAUNARD
(dal cortile)
Ehi! Rodolfo!

COLLINE
Rodolfo!

MARCELLO
Olà. Non senti?

(Alle grida degli amici, Rodolfo
s'impazienta.)

Lumaca!

COLLINE
Poetucolo!

SCHAUNARD
Accidenti al pigro!

(Sempre più impaziente, Rodolfo a
tentoni si avvia alla finestra e l'apre
spingendosi un poco fuori per
rispondere agli amici che sono giù
nel cortile: dalla finestra aperta
entrano i raggi lunari, rischiarando
così la camera.)

RODOLFO
(alla finestra)
Scrivo ancor tre righe a volo.

MIMÌ
(avvicinandosi un poco alla finestra)
Chi sono?

RODOLFO
(a Mimì)
Amici.

SCHAUNARD
Sentirai le tue.

MARCELLO
Che te ne fai lì solo?

RODOLFO
Non sono solo. Siamo in due.
Andate da Momus, tenete il posto,
ci saremo tosto.

(Rimane alla finestra, onde assicurarsi
che gli amici se ne vanno.Mimì si è
avvicinata ancor più alla finestra per
modo che i raggi lunari la illuminano)

MARCELLO, SCHAUNARD, COLLINE
(allontanandosi)
Momus, Momus, Momus,
zitti e discreti
andiamocene via.

MARCELLO
trovò la poesia.

(Rodolfo, volgendosi, scorge Mimì
avvolta come da un nimbo di luce,
e la contempla, quasi estatico.)

RODOLFO
O soave fanciulla,
o dolce viso
di mite circonfuso alba lunar
in te, vivo ravviso il sogno
ch'io vorrei sempre sognar!

MIMÌ
(Mimì commossa)
Ah, tu sol comandi,
amor...!

RODOLFO
(cingendo con le braccia Mimì)
Fremon già nell'anima
le dolcezze estreme,

MIMÌ
(quasi abbandonandosi)
Oh! come dolci scendono
le sue lusinghe al core...
tu sol comandi, amore!...

RODOLFO
Nel bacio freme amor!

(Bacia. Mimì)

MIMÌ
(svincolandosi)
No, per pietà!

RODOLFO
Sei mia!

MIMÌ
V'aspettan gli amici...

RODOLFO
Già mi mandi via?

MIMÌ
(titubante)
Vorrei dir...
ma non oso...

RODOLFO
(con gentilezza)
Di'.

MIMÌ
(con graziosa furberia)
Se venissi con voi?

RODOLFO
(sorpreso)
Che?... Mimì?

(insinuante)

Sarebbe così dolce restar qui.
C'è freddo fuori.

MIMÌ
(con grande abbandono)
Vi starò vicina!...

RODOLFO
(Aiuta amorosamente Mimì a
mettersi lo scialle)
E al ritorno?

MIMÌ
(maliziosa)
Curioso!

RODOLFO
Dammi il braccio, mia piccina.

MIMÌ
(Dà il braccio a Rodolfo.)
Obbedisco, signor!

(S'avviano sottobraccio alla porta
d'uscita.)

RODOLFO
Che m'ami di'...

MIMÌ
(con abbandono)
Io t'amo!

(Escono)

RODOLFO , MIMÌ
Amor! Amor! Amor!

(Cola il siparo)



SCHAUNARD
(Desde el corredor)
¡Eh, Rodolfo!

COLLINE
¡Rodolfo!

MARCELO
¡Aquí! ¿No nos oyes?

(Con los gritos de los amigos,
Rodolfo se impacienta)

¡Pesado!

COLLINE
¡Poetastro!

SCHAUNARD
¡A por los vagos!

(Rodolfo, impaciente, va
a tientas hasta la ventana,
se asoma un poco, para
responder a los amigos.
Por ella entran los rayos
de luna que iluminan la
habitación)

RODOLFO
(en la ventana)
Escribo tres líneas más y vuelo.

MIMÍ
(acercándose a la ventana)
¿Quiénes son?

RODOLFO
(a Mimí)
Mis amigos.

SCHAUNARD
¡Nos vas a oír!

MARCELO
¿Qué es lo que haces ahí solo?

RODOLFO
No estoy solo; estamos dos.
Id a Momus; coged sitio;
iré enseguida.

(Se queda en la ventana
para ver que sus amigos se
van. Se acerca Mimí y los
rayos de luna la iluminan)

MARCELO, SCHAUNARD, COLLINE
(Alejándose)
Momus, Momus, Momus,
callados, discretos,
nos vamos de aquí.

MARCELO
Ha encontrado la inspiración.

(Rodolfo, al volverse, ve a Mimí
envuelta en un haz de luz y la
contempla, extasiado)

RODOLFO
¡Oh, tierna niña!
¡Dulce carita de bondad
arropada por la luz de la luna!
Tú eres el sueño
que siempre quise soñar!

MIMÍ
(Muy conmovida)
¡Ah! ¡Todo lo que tú quieras,
amor...!

RODOLFO
(Estrechándola entre sus brazos)
Tiembla mi alma,
por una extrema dulzura.

MIMÍ
(Casi abandonándose a él)
¡Oh! ¡Cuán dulces penetran
tus palabras en mi corazón!...
¡Amor, sólo mandas tú!...

RODOLFO
¡En mi beso palpita el amor...!

(La besa)

MIMÍ
(Desasiéndose)
¡No, por caridad!

RODOLFO
¡Eres mía!

MIMÍ
Le esperan sus amigos...

RODOLFO
¿Quieres que me vaya?

MIMÍ
(Titubeando)
Quería decir...,
pero no me atrevo...

RODOLFO
(Con cortesía)
Dilo.

MIMÍ
(Con una graciosa sonrisa pícara)
Y...¿si fuese con vosotros?

RODOLFO
(Sorprendido)
¿Qué? ¡Mimí!

(Insinuante)

Sería tan dulce quedarse aquí...;
hace frío ahí fuera.

MIMÍ
(Con sentimiento)
Estaré a tu lado.

RODOLFO
(Amorosamente, ayuda a Mimí
a ponerse el chal)
Y, ¿a la vuelta?

MIMÍ
(Maliciosa)
¡Qué curioso!

RODOLFO
Dame tu brazo, pequeñita mía...

MIMÍ
(Da el brazo a Rodolfo)
¡Le obedezco, señor!

(Se van hacia la puerta tomados
del brazo)

RODOLFO
Que me amas... dímelo...

MIMÍ
(Entusiasmada)
¡Yo, te amo...!

(Se van)

RODOLFO, MIMÍ
¡Amor! ¡Amor! ¡Amor!

(Cae el telón)


El texto y la traducción son de Kareol.

26 octubre 2007

Música cristalina: Schubert y Fellini

Siguiendo la recomendación de Jesús Galera, el maquinista, os traigo esta secuencia de la película de Fellini ... Y la nave va. La música es muy popular, se trata del Momento Musical nº3 de Franz Schubert, originalmente compuesto para piano, y que en esta adaptación está interpretado por una orquesta de cristal que consta de copas frotadas y golpeadas, vasos y botellas sopladas.


Y ya que hablamos de cocinas sonoras y musicales, no dejéis de visitar el Aula de Música, ya que Javier ha recopilado materiales variados sobre el tema.

06 octubre 2007

Mendelssohn y la juventud

Felix Mendelssohn a los 12 años, por Carl Begas

Hay datos de la historia de la música que no llegan a apreciarse hasta que uno tiene "cierta edad"... o es un viejo, como dirían mis alumnos. Por ejemplo, si alguna vez informo de que algún compositor murió muy joven, siempre hay alguien que pregunta ¿con cuántos años? y digo 38 (por Mendelssohn), 35 (por Mozart), 31 (por Schubert) o 26 (por Pergolesi)... se escandalizan ostensiblemente de que eso "no es ser joven". Y si comento la edad a la que algunos de estos genios escribieron sus primeras obras, tampoco les parece algo admirable... seguro que no jugaban a la Play tan bien como ellos, qué tontería eso de componer, vaya unos amargados.

Cuando Felix Mendelssohn-Bartholdy escribió su obra más conocida para el gran público, la música incidental para la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano (de la que forma parte la archiconocida Marcha Nupcial), contaba con 17 años... pero ¡qué 17 años! No había perdido el tiempo: a esa edad era una persona de una cultura más que envidiable, además de un músico maduro y con una sólida formación. Tocaba el piano, componía sinfonías y óperas, era un notable dibujante, alumno de Hegel, admirado por Goehte... ya por aquel entonces era un profundo conocedor de la obra de Bach y estaba a punto de convertirse en el responsable de la resurrección de este compositor para el gran público: tenía 20 años cuando dirigió el reestreno de La Pasión según San Mateo, momento clave del redescubrimiento del gran genio que por aquellas fechas estaba completamente olvidado.

Es, desde luego, una figura capital en la cultura europea del siglo XIX... lo cual no está nada mal para un hombre que tan sólo vivió 38 años (¡a algunos nos ha cundido bastante menos!). Os dejo con una de mis obras favoritas de este increíble personaje: el primer movimiento, Allegro molto appassionato, del Concierto para violín y orquesta en mi menor Op. 64, interpretado por Yehudi Menuhin y la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Rafael Frühbeck de Burgos.

30 septiembre 2007

La melodía

Melodía. Fotografía original de Leticleide

Buscamos melodía en el diccionario, y encontramos estas definiciones:

(Del lat. melodĭa, y este del gr. μελῳδία).

1. f. Dulzura y suavidad de la voz o del sonido de un instrumento musical.

2. f. Mús. Composición en que se desarrolla una idea musical, simple o compuesta, con independencia de su acompañamiento, en oposición a armonía, combinación de sonidos simultáneos diferentes, pero acordes.

3. f. Mús. Cualidad del canto por la cual agrada al oído.

4. f. Mús. Parte de la música que trata del tiempo con relación al canto, y de la elección y número de sones con que han de formarse en cada género de composición los períodos musicales, ya sobre un tono dado, ya modulando para que el canto agrade al oído.


Yo suelo dar esta definición a mis alumnos: una melodía es una sucesión de sonidos de alturas diferentes que tienen como finalidad expresar una idea musical.

Decir que los sonidos son sucesivos es importante para remarcar la diferencia con la armonía, y que la finalidad es expresar una idea musical también tiene importancia porque es lo que diferencia una melodía de cualquier serie de notas interpretadas al azar. Como todas las definiciones "pedagógicas" ha de ser tomada con pinzas, porque de tanta simplificación terminan por resultar, de algún modo, falaces... y si no, vamos a observar cómo con el ingenio suficiente se puede componer una melodía memorable saltándose el punto dos de la definición: sonidos de diferente altura.

Beethoven, en el 2º movimiento de su Séptima Sinfonía realiza un magistral ejercicio de composición... a la vez que fulmina mi definición de melodía. Cuatro compases y medio repitiendo la misma nota: mi, mi-mi, mi, mi, mi, mi-mi, mi, mi, mi, mi... No contento con esto, cuando llega a sol, se instala ahí: sol, sol, sol, sol-sol, sol... sol, sol-la. No parece muy prometedora una melodía así, con sólo tres notas en ocho compases. La segunda frase se mueve un poquito más, pero termina con el insistente mi, mi-mi, mi, mi, mi, fa-sol, la. Alguien puede pensar... si el ritmo es variado, esa melodía puede ganar algo... nada más lejos de las intenciones de Beethoven. El ritmo es tan absolutamente monóntono como la melodía: negra, dos corcheas, dos negras... que se repiten insistentemente durante 24 compases... permitiéndose, como única variación, sustituir una de las dos negras por un silencio en los finales de frase. Vaya material. ¿Qué puede hacer un genio con una cosa tan "aburrida"? Convertirla en una pieza emocionante. No parece tarea fácil... pero lo logra. He aquí el resultado.

Beethoven. Séptima sinfonía. 2º movimiento, Allegretto.

Nikolaus Harnoncourt y The Chamber Orchestra of Europe.

Cambiando totalmente de estilo, hay una canción brasileña que también utiliza la repetición de la altura del sonido con un éxito notable, la Samba de una nota sola (Samba de uma nota só), de Antonio Carlos Jobim, creador del estilo llamado bossa nova y uno de los más importantes autores de la música popular (no sólo brasileña) del siglo XX. En realidad no es de una sola nota, sino de dos... tampoco parece muy interesante a priori, pero si añadimos una interesante armonía y el subyugante ritmo de la bossa nova, el efecto supera con mucho la variedad del material.

Jobim. Samba de uma nota só

Eis aqui este sambinha feito numa nota só
Outras notas vão entrar mas a base é uma só
Esta outra é consequência do qua acabo de dizer
Como eu sou a consequência inevitável de você

Quanta gente existe por aí que fala tanto
E não diz nada ou quase nada
Já me utilizei de toda a escala
No final não sobrou nada não deu em nada

E voltei pra minha nota como eu volto pra você
Vou contar com a minha nota como eu gosto de você
E quem quer todas as notas ré, mi, fá, sol, lá, si, dó
Fica sempre sem nenhuma fica numa nota só

Esta es sólo una pequeña samba
Creada con una sola nota
Otras notas, seguro, han de seguirle
Pero la raíz sigue siendo esa nota...

Ahora esta nota nueva es consecuencia
De la que acabamos de pasar
Como estoy predestinado a ser
Tu inevitable consecuencia...

Hay tanta gente
Que habla y habla y habla
Y no dice nada o casi nada

Sé que he agotado toda la escala
Y al final he llegado a nada
O casi nada

Regresé entonces a mi primera nota
Como debo regresar a ti
Pondré en esa única nota
Todo el amor que siento por ti

Todo aquel que busque toda la serie
Do-re-mi-fa-so-la-si-do
No hallará serie alguna
Mejor toca una nota conocida

Astrud Gilberto

Letra: Bossa nova guitar
Traducción: Om First

26 septiembre 2007

Brahms... y El Corte Inglés


Brahms... pocas melodías hay, de los miles, millones, trillones de melodías que se han escrito o pensado en el mundo, que puedan competir en capacidad de transmitir emociones, en belleza, en humanidad, en embrujo, en sensibilidad... con las melodías compuestas por Johannes Brahms. Son depositarias de tanta entidad, tanto peso, que se abren paso sin necesidad de empujar, gritar o fingir. Se alzan, se elevan por su propia personalidad y se quedan ahí, convenciendo y enamorando con su sobriedad, con su infinita perfección.

De entre todas las numerosas melodías que compuso, hay una especialmente sobrecogedora. Es el tema del tercer movimiento de su tercera sinfonía. Estos días anda por ahí en la tele una y otra vez, ya que la han utilizado como música de la campaña de otoño de El corte inglés... bueno, pero no han tomado la música compuesta por Brahms, cuya hermosa melodía es completada por una armonización, orquestación, estructura formal... que están a la misma altura. No. Han utilizado una versión de Jane Birkin que triunfó en las listas de éxitos allá por los (según mis adolescentes alumnos) remotos años ochenta del siglo XX, concretamente en 1983. Esta cantante se popularizó por tener una voz pequeña, infantil, que contrastaba con el erotismo y la provocación de sus interpretaciones. Así, la canción Baby alone in Babylon toma esta frase de Brahms y en lugar de continuar, ya puestos, con la segunda melodía del movimiento, perfectamente equilibrada, consecuente y contrastante en su radiante modo mayor con la pesadumbre y desolación de la melodía principal... culmina con una nadería, una banalidad absoluta.

Los publicistas de El Corte Inglés, que no son tontos, tan sólo han utilizado para su campaña la parte de Brahms. No soy enemiga de las versiones, ni de la fusión, todo lo contrario. Pero cuando tienen algo que aportar, cuando ofrecen una nueva visión, cuando enriquecen o sacan a relucir aspectos nuevos que quedan oscurecidos u ocultos. Eso se produce en muchas ocasiones, y así la música revive, vive una nueva existencia. Creo que este no es el caso. Os invito a escuchar el Tercer movimiento de la Terera Sinfonía de Brahms, Poco allegretto, en la interpretación de Rafael Kubelik al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio Bávara. Para que resuene en vuestros oídos la pura belleza en lugar de la pura ñoñería.

03 junio 2007

Lakmé, de Delibes, en versión imaginaria

Del vídeo Ópera Imaginaria os traigo hoy un fragmento de la ópera Lakmé, de Léo Delibes. Esta ópera cuenta los amores imposibles entre la hija de un brahman y un oficial del ejército inglés durante la colonización inglesa de la India. Se lo dedico especialmente a mis alumnos más jóvenes, que andan ahora en la difícil tarea de sustituir todos esos terribles prejuicios que rodean al espectáculo operístico por unas ideas más justas y cercanas a la realidad...




Delibes. Lakmé. Dueto de las flores

LAKMÉ
Viens, Mallika,
les lianes en fleurs
jettent déjà leur ombre
sur le ruisseau sacré
qui coule, calme et sombre,
éveillé par le chant
des oiseaux tapageurs!

MALLIKA
Oh! maîtresse,
c'est l'heure
où je te vois sourire
l'heure bénie
où je puis lire
dans le coeur toujours fermé
da Lakmé!

Duo

LAKMÉ
Dôme épais
le jasmin
à la rose s'assemble
rive en fleurs,
frais matin,
nous appellent ensemble.
Ah! glissons en suivant
le courant fuyant
dans l'onde frémissante.
D'une main nonchalante,
gagnons le bord,
où l'oiseau chante.
Dôme épais,
blanc jasmin
nous appellent ensemble!

MALLIKA
Sous le dôme épais
où le blanc jasmin
à la rose s'assemble,
sur la rive en fleurs,
riant au matin,
viens, descendons ensemble.
Doucement glissons:
de son flot charmant
suivons le courant fuyant
dans l'onde frémissante.
D'une main nonchalante
viens, gagnons le bord,
où l'oiseau chante.
Sous le dôme épais,
sous le blanc jasmin,
ah! descendons ensemble!

LAKMÉ
Mais je ne sais
quelle crainte subite
s'empare de moi;
quand mon père va seul
à leur ville maudite,
je tremble d'effroi!

MALLIKA
Pour que le dieu Ganeça
le protège, jusqu'à l'étang
où s'ébattent joyeux
le cygnes aux ailes de neige,
allons cueillir les lotus bleus.

LAKMÉ
Oui, près des cygnes
aux ailes de neige,
allons cueillir les lotus bleus...

LAKMÉ
Dôme épais
le jasmin
à la rose s'assemble,
rive en fleurs,
frais matin,
nous appellent ensemble.
Ah! glissons en suivant
le courant fuyant
dans l'onde frémissante.
D'une main nonchalant,
gagnons le bord,
où l'oiseau chante.
Dôme épais,
blanc jasmin
nous appellent ensemble!

MALLIKA
Sous le dôme épais
où le blanc jasmin
à la rose s'assemble,
sur la rive en fleurs,
riant au matin,
viens, descendons ensemble.
Doucement glissons:
de son flot charmant
suivons le courant fuyant
dans l'onde frémissante.
D'une main nonchalante
viens, gagnons le bord,
où l'oiseau chante.
Sous le dôme épais,
sous le blanc jasmin,
ah! descendons ensemble!

LAKMÉ
¡Ven, Mallika!
Las ramas florecidas
derraman ya su sombra
sobre el arroyo sagrado
que corre, calmado y obscuro,
alborotado por el canto
de los pájaros alborotadores!

MALLIKA
¡Oh, mi dueña!
Esta es la hora
en que te veo sonreír,
la hora bendita
en que yo puedo leer
en el corazón siempre cerrado
de Lakmé.

Dúo

LAKMÉ
Cúpula espesa,
el jazmín
a la rosa se asemeja,
orilla florecida,
fresca mañana,
nosotras invocamos unidas.
¡Ah! Vayamos siguiendo
la corriente fugaz
en el agua temblorosa.
Con mano indolente
lleguemos al borde
donde el pájaro canta.
¡Cúpula espesa,
blanco jazmín,
nosotras invocamos unidas!

MALLIKA
Bajo la cúpula espesa
donde el blanco jazmín
a la rosa se asemeja,
sobre la orilla florida,
risueña a la mañana,
ven, vayamos unidas.
Dulcemente deslicémonos:
de su oleaje encantador
sigamos la corriente fugaz
en el agua temblorosa.
Con mano indolente
ven, lleguemos al borde,
donde el pájaro canta.
Bajo la cúpula espesa,
bajo el blanco jazmín
¡ah! vayamos unidas.

LAKMÉ
Mas yo no sé
qué miedo súbito
se apodera de mí
cuando mi padre parte solo
a su aldea maldita,
¡tiemblo de terror!

MALLIKA
Para que el dios Ganesa le proteja,
junto al estanque
donde retozan alegres
los cisnes de alas níveas,
vayamos a coger los lotos azules.

LAKMÉ
Sí, cerca de los cisnes
de alas níveas,
vayamos a coger lotos azules...

LAKMÉ
Cúpula espesa,
el jazmín
a la rosa se asemeja,
orilla florecida,
fresca mañana,
nosotras invocamos unidas.
¡Ah! vayamos siguiendo
la corriente fugaz
en el agua temblorosa.
Con mano indolente
lleguemos al borde
donde el pájaro canta.
¡Cúpula espesa,
blanco jazmín,
nosotras invocamos unidas!

MALLIKA
Bajo la cúpula espesa
donde el blanco jazmín
a la rosa se asemeja,
sobre la orilla florida,
risueña a la mañana,
ven, vayamos unidas.
Dulcemente deslicémonos:
de su oleaje encantador
sigamos la corriente fugaz
en el agua temblorosa.
Con mano indolente
ven, lleguemos al borde,
donde el pájaro canta.
Bajo la cúpula espesa,
bajo el blanco jazmín
¡ah! vayamos unidas.

(Las dos muchachas suben a una barca
y se alejan. Sus voces, como flotando
sobre el agua se escuchan lejanas)


El texto y la traducción son de Kareol.

SÍ A LA MÚSICA

31 mayo 2007

Waldstein

...recibid de manos de Haydn el espíritu de Mozart.

Ferdinand von Waldstein


Piano de Beethoven en su casa de Viena. Fotografía de julialinda.


¿En qué nos gustaría, en caso de creer en la reencarnación, convertirnos cuando dejemos esta vida? Seguro que hay tantas respuestas como personas... Probablemente, si le hubieran preguntado al conde Ferdinand von Waldstein sobre una supuesta nueva vida, no hubiera contestado... “me encantaría reencarnarme en una sonata para piano.” Pero la historia le ha convertido en eso, en una de las más bellas sonatas para piano compuestas por Beethoven.

El conde Waldstein conoció a un jovencísimo aspirante a músico en su Bonn natal. Este joven Ludwig tenía un talento muy por encima de lo habitual, pero sus circunstancias familiares y económicas (es de todos conocido el grave problema de alcoholismo que padeció su padre) no eran las más adecuadas para que pudiera desarrollarlo en toda su plenitud. Así que se convirtió en uno de sus mecenas, y se encargó de enviarle a Viena para que estudiara con los compositores más importantes del momento y para que se rodeara de un ambiente más propicio para la actividad creadora. El primer viaje a Viena tuvo lugar cuando Beethoven contaba con tan sólo 17 años; pero duró poco: su madre estaba gravemente enferma, por lo que tuvo que regresar a Bonn al poco de llegar... pocos meses más tarde, su madre falleció. Varios años más tarde, en 1792, Waldstein convenció al patrono de Beethoven para que le dejara ir de nuevo a la capital austríaca a estudiar con Haydn. Él le sufragaría los gastos del viaje, la estancia y las clases... Sin haber cumplido aún los 22 años Beethoven marchó de nuevo rumbo a Viena, donde se instaló definitivamente. El conde le escribió: Querido Beethoven: va usted a Viena para realizar un deseo expresado hace ya tiempo. El genio de Mozart todavía está de luto y llora la muerte de su discípulo. Encuentra un refugio, aunque no su plenitud, en el inagotable Haydn. A través de él desea todavía unirse a alguien. Con su incesante aplicación, recibid de las manos de Haydn el espíritu de Mozart.

Años después Beethoven, en señal de agradecimiento, le dedicó su Sonata para piano en do mayor nº 21 Op. 53, una de las más importantes que escribió para este instrumento. Es una obra crucial, cuya composición está en conexión con los cambios y mejoras técnicas que estaba sufriendo el piano por aquellos años, y demuestra cómo Beethoven era capaz de tomar una forma clásica y ampliarla hacia nuevos horizontes desde el propio respeto a la forma. Es como su autor, sombría y radiante, tempestuosa y gozosa, exigente pero perfecta en su concepción pianística... escuchadla, y juzgad por vosotros mismos.

Sonata para piano en do mayor nº 21 Op. 53, Waldstein, interpretada por Wilhelm Kempff

1. Allegro con brio
2. Introduzione. Adagio molto-attacca
3. Rondo. Allegretto moderato


SÍ A LA MÚSICA





17 mayo 2007

Un alto en el camino

146 street. Fotografía de kvdl
Todo va muy deprisa, a veces demasiado. Y hay momentos en los que conviene parar, aunque sea un instante, para mirar y escuchar, y para darnos cuenta de qué es lo que de verdad nos ha hecho llegar hasta ese momento vital. Mi alto en el camino me sirve para varias cosas. La primera, para tomar aire fresco. La segunda, para hacer justicia a uno de mis compositores más admirados y del que todavía no había hablado ni propuesto nada por aquí. La tercera, para cerciorarme de que realmente esto que hago vale la pena: escuchar música me proporciona, sobre todo, seguridad y energía.


Mi alto en el camino y mi celebración del día de internet de este año inquieto y difícil es El idilio de Sigfrido, de Richard Wagner, y quiero compartir así con vosotros mi amor por la música y mi fe en el progreso humano.

SÍ A LA MÚSICA

20 abril 2007

Liszt: virtuoso pianista y poeta sinfónico

Franz Liszt fue un espléndido pianista, uno de los llamados virtuosos. Abundan los testimonios de su numerosísimo público que así nos lo han hecho saber, y también las caricaturas que nos han transmitido esa imagen de hombre-araña que con la multiplicación de sus extremidades convierte al piano en un ser animado. Cuentan las crónicas que, tras escuchar tocar el violín a Paganini, decidió esforzarse al máximo para conseguir en el piano lo que Paganini hacía posible en el violín: el dominio más absoluto de la técnica interpretativa.





Así, se convirtió en el gran héroe del piano romántico. Recorrió Europa desde su infancia en olor de multitud, y fue aclamado por las masas, venerado por músicos e intelectuales, adorado por las mujeres (que se desmayaban ante sus increíbles interpretaciones), maestro de cientos de alumnos, padre de una de las personalidades femeninas más fascinantes del XIX, maestro de capilla en Weimar, hombre visionario e influyente... y también un gran compositor. Algunas de sus obras han dejado de programarse en conciertos, quizás a causa de sus excesos románticos que ahora nos resultan difíciles de digerir. Pero no hay pianista que se precie que no tenga en su repertorio los Estudios de Ejecución Trascendental o las Consolaciones.

Su biografía es tan apasionada, compleja, indómita, moderna... como su obra. Protagonizó algunos sonados escándalos viviendo tórridos romances con mujeres casadas, y actuando de modo insólito en alguna ocasión, como cuando renunció a un esperadísimo matrimonio, ya con 50 años de edad, para profesar como clérigo.

Una de sus principales aportaciones como compositor es el poema sinfónico. No fue él quien lo inventó, pero sí el primero que utilizó el término, en su afán de conseguir la más íntima alianza entre las artes más queridas por los románticos, la música y la literatura. Escribió trece poemas sinfónicos, y hoy os traigo aquí uno de ellos: Mazeppa, que está basado en este poema de Victor Hugo:

MAZEPPA

Victor Hugo


¡Así, cuando Mazeppa, que ruge y que llora,
Ha visto sus brazos, sus pies, sus costados que un sable roza,
Todos sus miembros sujetos
Sobre un fogoso corcel, alimentado de hierbas marinas,
Que humea, y hace brotar el fuego de sus belfos
Y el fuego de sus cascos;
Cuando en sus nudos se ha enroscado como un reptil,
Y ha regocijado con su cólera inútil
A sus verdugos jubilosos,
Y vuelve a caer finalmente sobre la grupa feroz,
El sudor en la frente, la espuma en la boca,
Y la sangre en los ojos,
Surje un grito; y de repente por la llanura
Tanto el hombre como el caballo, desbocados, sin aliento,
Sobre las arenas en movimiento,
Solos, llenando de ruido un torbellino de polvo
Semejante a la nube negra donde serpentea el rayo,
Volando con los vientos!
Avanzan. Por los valles pasan como una tormenta,
Como los huracanes que en los montes se agolpan,
Como un globo de fuego;
Luego no son ya más que un punto negro en la bruma,
Luego se borran en el aire como un copo de espuma
En el vasto océano azul.
Avanzan. El espacio es grande. En el desierto inmenso,
En el horizonte sin fin que siempre recomienza,
Se hunden los dos.
Su carrera como un vuelo los lleva, y grandes robles,
Pueblos y torres, montes negros unidos en largas cadenas,
Todo retiembla en torno a ellos.
Y si el infortunado, cuya cabeza se quiebra,
Se debate, el caballo, que adelanta a la brisa,
De un salto más temeroso
Se adentra en el desierto vasto, árido, infranqueable,
Que ante ellos se extiende, con sus pliegues de arena,
Como un manto rayado.
Todo vacila y se pinta de colores desconocidos
Ve correr los bosques, correr las anchas nubes,
El viejo torreón destruido,
Los montes cuyos intervalos baña un rayo;
Ve; y manadas de humeantes yeguas
Lo siguen con gran estrépito.
Y el cielo, donde ya se prolongan los pasos de la tarde,
Con sus océanos de nubes donde se derraman
Más nubes aún,
Y su sol que hiende sus olas con su proa,
Sobre su frente deslumbrada gira como una rueda
De mármol con venas de oro.
Su ojo se extravía y brilla, su cabellera arrastra,
Su cabeza cuelga; su sangre enrojece la arena amarilla,
Los matorrales espinosos;
Sobre sus miembros hinchados la cuerda se repliega,
Y como una larga serpiente se aprieta y multiplica
Su mordedura y sus nudos.
El caballo, que no siente ni el bocado ni la silla,
No deja de huir, y su sangre no deja de correr y manar,
Su carne cae en jirones;
¡Ay! ¡ya a las yeguas ardientes, que lo seguían, irguiendo sus crines colgantes,
Las suceden los cuervos!
¡Los cuervos, el búho con el ojo redondo, que se espanta,
El águila recelosa de los campos de batalla, y el pigargo,
Monstruo desconocido del día,
Los oblicuos mochuelos, y el gran buitre leonado
Que hurga en los costados de los muertos, donde su cuello rojo y calvo
Se hunde como un brazo desnudo!
Todos vienen a ensanchar la bandada fúnebre;
Todos abandonan, para seguirla, la encina aislada
Y los nidos de la casa solariega.
Él, sangrando, perdido, sordo a sus gritos de júbilo,
Pregunta al verlos: ¿Quién pues, allá arriba, despliega
Este gran abanico negro?
La noche desciende lúgubre, y sin manto estrellado.
El enjambre se encarniza, y sigue, como una jauría alada,
Al viajero humeante.
Entre el cielo y él, como un torbellino sombrío,
Los ve, luego los pierde, y los escucha en la sombra
Volar confusamente.
Por fin, después de tres días de una carrera insensata,
Después de haber franqueado ríos de agua helada,
Estepas, bosques, desiertos,
El caballo cae ante los gritos de las mil aves de presa,
Y su pezuña de hierro sobre la piedra que desmenuza
Extiende sus cuatro relámpagos.
Ahí está el infortunado yaciente, desnudo, miserable,
Moteado de sangre, más rojo que el arce
en la estación de las flores.
La nube de pájaros sobre él gira y se detiene;
Muchos picos ardientes aspiran a roer en su cabeza
Sus ojos quemados de llorar.
¡Pues bien! a este condenado que grita y que se arrastra,
A este cadáver viviente, las tribus de Ucrania
Lo harán príncipe un día.
Un día, sembrando los campos de muertos sin sepultura,
Resarcirá por los amplios pastizales
Al pigargo y al buitre.
Su salvaje grandeza nacerá de su suplicio.
¡Un día, de los viejos jefes de los cosacos ceñirá la pelliza,
Grande, con ojo fascinado;
Y cuando pase, estos pueblos que viven en tiendas,
Prosternados, lanzarán la fanfarria estrepitosa
A rebotar en torno a él!

II


¡Así, cuando un mortal, sobre el que se extiende su dios,
Se ha visto agarrarse aún vivo sobre tu grupa fatal,
Genio, ardiente corcel,
En vano lucha, ¡ay! tú saltas, tú lo llevas
Fuera del mundo real, cuyas puertas quiebras
Con tus patas de acero!
Tú franqueas con él desiertos, cimas nevadas
De los viejos montes, y los mares, y, más allá de las nubes,
De las regiones sombrías;
Y mil espíritus impuros que tu curso despierta
En torno al viajero, insolente maravilla,
Apremian a sus legiones.
Atraviesa de un vuelo, sobre tus alas llameantes,
Todos los campos de lo posible, y los mundos del alma;
Bebe del río eterno;
En la noche tormentosa o en la noche estrellada,
Su cabellera, mezclada a las crines de los cometas,
llamea al frente del cielo.
Las seis lunas de Herschel, el anillo del viejo Saturno,
El polo, redondeando una aurora nocturna
Sobre su frente boreal,
Lo ve todo; y para él tu vuelo, al que nada cansa,
De este mundo sin límite a cada instante desplaza
El horizonte ideal.
¿Quién puede saber, salvo los demonios y los ángeles,
Lo que sufre siguiéndote, y qué relámpagos extraños
En sus ojos refulgirán,
Cuando sea quemado en medio de chispas ardientes,
¡Ay! y en la noche cuántas frías alas
Vendrán a golpear su frente?
Él grita espantado, tú prosigues implacable.
Pálido, agotado, expuesto, bajo tu vuelo que lo abruma
Él se da por vencido con horror;
Cada paso que das parece cavar su tumba.
Por fin el término llega... corre, vuela, cae,
Y se incorpora ya rey!

Gèricault. Mazeppa. Imagen de tomada de http://www.poetes.com

Liszt fue un gran artista también de la transcripción, es decir, del paso de una obra desde uno a otro u otros instrumentos. Así, transcribió para piano todas las sinfonías de Beethoven para interpretarlas en sus conciertos. Para que podáis observar el nivel de exigencia virtuosística de su música para piano, aquí tenéis el estudio trascendental Mazeppa interpretado por Boris Berezovsky.


La traducción de Mazeppa, de Víctor Hugo, es de Luis Domínguez.
El poema sinfónico está interpretado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Hungría, dirigida por Zsolt Hamar.



SÍ A LA MÚSICA

02 abril 2007

Beethoven...



... ¿ese es el que estaba sordo? Sí. ¿Y cómo podía componer sin oír? Para componer no es necesario oír: la música sale de dentro. ¿Por qué a todos los compositores les pasaba algo malo? -les encantan las generalizaciones-... y entonces me toca desfacer ese entuerto tratando de no perder el hilo de la clase que tengo programada... pero si sirve para que quede algo, lo doy por bien empleado.

Beethoven empezó a tener problemas de oído aproximadamente en 1798, cuando era un joven compositor que saboreaba las mieles del éxito en Viena, su ciudad de adopción. Ni siquiera había estrenado la primera de sus Sinfonías. Trató de disimular, pero la progresiva pérdida de la audición le llevó a la sordera absoluta en unos pocos años. Se han realizado estudios para determinar el origen de la sordera de Beethoven, sin resultados demasiado concluyentes: laberintitis (infección del oído interno de procedencia intestinal), sífilis... Quizás os resulte interesante escuchar una de las obras anteriores a su problema auditivo.

Sonata para piano nº 7 en re Mayor Op. 10 interpretada por Wilhelm Kempff

1. Presto

2. Largo e mesto

3. Menuetto. Allegro

4. Rondó. Allegro



Al principio se sumió en la desesperación. Le encantaba vivir en sociedad, adoraba la admiración que despertaba en los más altos círculos vieneses... y esta enfermedad era lo peor que le podía suceder a un músico. Huyó de Viena. Se instaló en una cercana población, Heiligenstadt, rodeada de hermosos bosques. Allí se dedicó a la meditación y pensó incluso en el suicidio. Escribió su famoso testamento de Heiligenstadt, y, tras desechar la idea de la muerte, se refugió en su propia creatividad, en su fabulosa imaginación, en su universo musical propio, ahora más propio que nunca a causa del obligado aislamiento, iniciando una nueva era compositiva que no sólo proporcionaría a la humanidad algunos de sus mayores tesoros, sino además abriría de par en par las puertas del futuro a una nueva generación de compositores que jamás hubieran escrito lo que escribieron de no haber sucedido las cosas de esa manera...

Hacia 1814 tuvo que dejar de tocar en público: se cuentan anécdotas de los patéticos intentos que realizó como pianista, tratando de tocar sin poder oír nada, como en una ejecución de su Trío Archiduque en el que apenas podía seguir al violín y al violonchelo.

Trío para piano en Si bemol Mayor Archiduque, Op. 97, en la interpretación del Trío Bellas Artes

1. Allegro moderato

2. Scherzo. Allegro

3. Andante cantabile, ma però con moto. Poco più adagio

4. Allegro moderato




A partir de 1816 empezó a utilizar trompetillas para paliar su sordera, algunas de las cuales se han conservado, y desde 1818 fue necesario que las personas que conversaban con él le escribieran en sus valiosos cuadernos de conversación, gracias a los cuales podemos saber lo que la gente le decía... aunque no lo que él contestaba...

¿Cómo hubiera sido su música de haber tenido intacto su sentido del oído? Podemos especular sobre ello, ya que está de moda hacerlo sobre los más variopintos e intrascendentes temas... Hubiera sido distinta, claro está. Pero, yo me pregunto... si pudiéramos escuchar la música de Beethoven como si fuéramos recién nacidos, sin saber nada de él, ¿encontraríamos en ella pistas sobre su problema físico?, ¿nos daríamos cuenta de hasta qué punto fue atormentada su vida?, ¿descubriríamos sus carencias afectivas, su difícil infancia, sus complicadas relaciones personales, su amor a la naturaleza, su fe en la humanidad? Probablemente no. Pero con o sin conocimiento de su vida, aparte del morbo que puede producir en mis alumnos un músico sordo, siempre que me preguntan que por qué no me gusta tal o cual grupo de moda, les respondo que porque después de haber escuchado a Beethoven una se vuelve exigente... quizás no tanto como él lo fue con su música, que sólo veía la luz después de largas cavilaciones y maduraciones... pero tras vivir en su música todo ese mundo rico, complejo, variado, contradictorio, hermoso, sublime, enérgico, tierno, vibrante y, más que ninguna otra cosa, absolutamente humano, es difícil, o muy difícil, escuchar otra música sin que resulte, cuanto menos, anodina...

Y como siempre, me resulta imposible decidir qué obra proponer aquí que pueda resumir todo lo que Beethoven nos da; siempre que veo cómo los especialistas en música popular del siglo XX se afanan en poner una etiqueta tras otra para clasificar todos esos subestilos, no puedo por menos que pensar que cada una de las sonatas de Beethoven tiene más personalidad y es más diferente del resto... siendo todas sonatas para piano y siendo todas de Beethoven... Pero como Beethoven es hombre popularmente conocido como de mal e impetuoso carácter, y sus músicas más conocidas son quizás las más llenas de vibrante energía, os propongo una muestra de su faceta más sensible e íntima: así os haréis cargo de su compleja humanidad.


Sinfonía nº 9. Adagio molto e cantabile. Interpretada por la Chamber Orchestra bajo la dirección de Nikolaus Harnoncourt.

SÍ A LA MÚSICA

24 marzo 2007

Canciones de primavera

Nubes y sol. Fotografía de scubafish 2001

Con el cambio climático no sé dónde va a quedar la larga tradición de saludar a la primavera, de dar la bienvenida con música a los tímidos rayos de sol que nos acarician la piel a la salida del largo túnel del invierno... o de lo que quedó de él.


Os propongo tres músicas bien distinas para recibir a nuestra incipiente primavera.


Canción de primavera. (Spring song). Carol inglés anónimo (siglos XII-XIII).

Canción de primavera. (Frühlingslied). Felix Mendelssohn.

Aquí viene el sol. (Here comes the sun). The Beatles.



SÍ A LA MÚSICA

19 marzo 2007

A la música

An die Musik D. 547

Du holde Kunst, in wieviel grauen Stunden,
Wo mich des Lebens wilder Kreis umstrickt,
Hast du mein Herz zu warmer Lieb' entzunden,
Hast mich in eine bess're Welt entrückt!

Oft hat ein Seufzer, deiner Harf' entflossen,
Ein süsser, heiliger, Akkord von dir
Den Himmel bess'rer Zeiten mir erschlossen,
Du holde Kunst, ich danke dir dafür!

A la música D. 547
¡Oh, arte benévolo, en cuántas horas sombrías,
cuando me atenaza el círculo feroz de la vida,
has inflamado mi corazón con un cálido amor,
me has conducido hacia un mundo mejor!

Con frecuencia se ha escapado un suspiro de tu arpa,
un dulce y sagrado acorde tuyo
me ha abierto el cielo de tiempos mejores.
¡Oh, arte benévolo, te doy las gracias por ello!


Texto Franz von Schobert
Música Franz Schubert

SÍ A LA MÚSICA

Dietrich Fischer-Dieskau, barítono.
Gerald Moore, piano.

Texto y traducción, Kareol.

17 marzo 2007

Macbeth

Castillo de Eilean Donen, Escocia. Fotografía de Extra Medium

Verdi siempre se sintió atraido, y con razón, por el teatro de Shakespeare. Dicen que una de las mayores frustraciones de su vida como compositor fue no componer una ópera sobre El rey Lear. Aunque puso música también a Otello y a Falstaff, Macbeth fue su primer acercamiento al genial dramaturgo y poeta inglés.

Macbeth fue compuesta en 1847 y revisada en 1865 para su estreno en París: le añadió cinco números, algunos especialmente meritorios como el aria La luce langue, y otros para agradar al público parisino, que como sabéis era tremendamente aficionado a la danza. La obra que habitualmente se representa es una mezcla de las dos versiones. Como siempre, y dado que era hombre de teatro, cuidó al máximo la puesta en escena y dejó minuciosas anotaciones sobre la expresión en la partitura.

Gracias a una carta que escribió cuando se estaba preparando la representación en Nápoles conocemos con detalle cómo concebía a Lady Macbeth, uno de sus personajes femeninos más imponentes, y al mismo tiempo bastante alejado de sus habituales heroínas. Lady Macbeth iba a ser interpretada por una de las cantantes italianas más aclamadas de la época, Eugenia Tadolini. La carta dice textualmente:

La Tadolini posee cualidades demasiado grandes para interpretar el papel. Quizás esto parezca un absurdo. La Tadolini tiene una hermosa figura y un aire de bondad, y yo quiero una lady Macbeth fea y mala. La Tadolini canta a la perfección y yo quiero una lady que no cante en absoluto. La Tadolini tiene una voz excelente, clara, límpida, potente, y yo quiero una lady con la voz áspera, sofocada, sombría. La voz de la Tadolini tiene algo angélico; la voz de lady Macbeth debería tener algo diabólico.
La soprano que estrenó Macbeth, Marianna Barbieri-Nini, era una mujer singularmente fea con una voz espléndida y grandes dotes interpretativas. Ella también nos ha dejado por escrito sus impresiones al trabajar en este estreno, y nos cuenta cómo preparó la escena culminante, la del sonambulismo:
Costará trabajo creerlo, pero la escena del sonambulismo significó para mí tres meses de estudio; durante tres meses busqué la manera de imitar, mañana y tarde, a los que hablan durmiendo, articulando palabras sin mover los labios (como decía Verdi), manteniendo inmóvil el rostro.


La historia es muy del gusto romántico, aunque Shakespeare no era especialmente apreciado en Italia y esta obra nunca se había representado allí. Durante los ensayos para su estreno, Verdi se convirtió en un auténtico tirano, haciendo que uno de los dúos, Fatal mia donna, fuera ensayado ¡151 veces!... No descartó nunca ninguna novedad escénica, y en esta obra recurrió por primera vez a la utilización de la linterna mágica, antecedente del cinematógrafo.

Se va a representar en el Teatro Circo de Albacete el próximo lunes 26 de marzo, y quedan entradas... no os perdáis esta historia de brujas proféticas, ambición sin límites, truculentos asesinatos y remordimientos espantosos en un ambiente escocés y espectral.


La luce langue está interpretada por Maria Callas
Una macchia... è qui tuttora!, por Mara Zampieri
Fatal mia donna, por Ghena Dimitrova y Piero Cappucilli

08 marzo 2007

Clara Wieck, Clara Schumann



En la historia de la música ha habido pocas mujeres dedicadas a la composición. Sí que ha habido muy numerosas y estimables intérpretes tanto vocales como instrumentales, pero compositoras, pocas. Los motivos son muchos y evidentes, así que no abundaré en ellos. Pero os traigo aquí a una de las más admirables mujeres que ha dado la historia de la humanidad: Clara Wieck, que como se casó con Robert Schumann, pues como Clara Schumann se quedó.

La historia de amor entre estos dos genios de la música es digna de protagonizar una película: el alumno pobre pero talentoso que se enamora perdidamente de la hija de su profesor, nueve años menor que él, y que, siendo correspondido, tiene que soportar que el padre se niegue, que los separe, que les impida verse, que vuelva a negarle la mano tras una nueva petición, y así hasta tres veces... durante cinco años. Sólo el amor grande y verdadero, y la fidelidad y el tesón hicieron que el drama llegara hasta los tribunales, que finalmente permitieron el matrimonio. Sin consentimiento del padre, claro.

Clara fue niña prodigio, una de las más grandes pianistas del siglo XIX, esposa abnegada hasta en la durísima enfermedad de Robert, madre de ocho hijos, amiga íntima de Brahms y Joachim; fue admirada por Goethe, Chopin, Mendelssohn... Fue también profesora, y compositora especialmente dedicada al piano. Absolutamente admirable... como tantas otras anónimas que no han tenido ninguna oportunidad de desarrollar su talento.

Aunque un poco tarde, valga este modesto escrito-musical para homenajear a todas las mujeres del mundo, especialmente a las que no lo tienen fácil, que aún son mayoría.

Clara Schumann. Romanza para violín y piano Op. 22, Nº 3

02 marzo 2007

De lejanas tierras

Playa de Essaouira (Marruecos). Fotografía de Santiago

No tenemos demasiados alumnos extranjeros en la Uni, aunque cada año viene alguno de Bolivia, Ecuador, Bosnia, Marruecos... pero son una minoría entre los más de mil alumnos españoles que pueblan nuestras aulas. La integración no es demasiado fácil. A los catorce, quince, dieciséis años, se encuentran con todos los problemas normales de la edad, que no son pocos, y un montón de rechazos, incomprensiones, problemas de idioma... no voy a descubrir nada nuevo. Sus compañeros a veces los aceptan, a veces son indiferentes y muchas, demasiadas veces, son claramente hostiles.



-¡Qué, Mustafá! ¿Cómo se iba en la patera?


-Yo no soy racista, soy organizao: cada uno en su sitio.


-Los chinos son todos tontos...


Si estoy delante, se suelen guardar de expresar sus ideas (aprendidas en casa, obviamente) xenófobas y racistas: saben que me pongo hecha una furia... Por lo general, he podido comprobar que cuanto más bajo es el nivel intelectual y académico de una clase más reacios son a admitir a los de fuera... Como un grupo que este curso cuenta entre sus alumnos con un niño marroquí. Está recién llegado, no domina aún el idioma (cuando vino hace unos meses, no hablaba nada de español), y para colmo ha caído en el grupo con más prejuicios y peores intenciones de todo el instituto. El chaval lo va superando, ya que es muy espabilado y maduro para su edad, y a base de aceptar con deportividad las bromas, a veces ciertamente malintencionadas, de sus compañeros, y de forjarse un personaje ("el pupas"), va haciéndose un pequeño hueco en el aula.


En la de informática, precisamente, estábamos esta mañana. Tiene algunas dificultades para hacerse con las nuevas tecnologías, que son completamente nuevas para él, pero aprende deprisa: ya tiene cuenta de messenger y me ha contado que chatea con uno de sus hermanos que quedó en Marruecos, por las tardes, desde la biblioteca pública del pueblo en el que vive. Tenían que buscar una información en internet y completar un diario de Moodle... mientras terminaba de explicar la actividad, vi en su monitor que él ya estaba manos a la obra. No es muy diligente con las tareas de clase, así que me escamó tanta rapidez... amplié su pantalla y estaba escribiendo un extraño nombre en Google. Cuando ya estaba a punto de decirle que se dejara las tonterías y que hiciera su tarea, me callé de golpe: había escrito el nombre de su pueblo, para enseñárselo a su compañero. Por un instante, su cara se tornó luminosa. En voz baja iba describiendo las imágenes tan sabidas y tan añoradas... Al momento se levantó curioso el chico del ordenador de al lado, y enseguida otra chica de detrás; se formó un pequeño grupo al que él iba explicando: mira, en esta calle vive mi primo... mira, mira qué playa más bonita tiene mi pueblo... los demás callaban, y, por una vez, entendían.


Todas las suspicacias, incomprensiones, recelos... se disolvieron delante de aquella pantalla de ordenador, y se logró por un instante, inesperadamente, naturalmente, la comprensión, o sea, la integración.

De lejanas tierras. Escenas de niños. Robert Schumann.
Claudio Arrau, piano.

14 enero 2007

Los cuentos de Hoffman

El próximo 29 de Enero, lunes, se representará en el Teatro Circo la ópera Los cuentos de Hoffman, de Jacques Offenbach.

Esta ópera está basada en varios de los relatos del poeta alemán E.T.A. Hoffman. No sé si conocéis la anécdota del nombre de este escritor: en realidad se llamaba Ernst Theodor Wilhelm, es decir, E.T.W., pero su admiración por Mozart le llevó a cambiar su tercer nombre por el de Amadeus. Hoffman es también un personaje de la historia que, como su título indica, presenta varios de los cuentos de este autor enlazados entre si merced a la narración que el poeta hace de algunos de sus amoríos.

Esta ópera fue la última que escribió su autor, es más, ni siquiera pudo llegar a terminarla. Así, son varias las versiones que de ella se han puesto en escena: con recitativos o con diálogos hablados, cambiando el orden de sus actos...

Quedan pocas, no, poquísimas entradas: creo que es la primera vez que se representa en Albacete. Así que...

Escuchad el principio del Cuarto Acto (o Tercero, depende de la versión): el famosísimo dúo de mezzosopranos Belle nuit, ô nuit d'amour", en versión de concierto interpretado por la mezzo sueca Anne Sofie von Otter




(A Venise. Galerie de fête dans un palais donnant sur le grand canal. Eau praticable au fond pour les gondoles. Balustrade, escaliers, colonnes lampadaires, lustres, coussins, fleurs. Portes latérales sur le premier plan plus loin de larges portes ou arcades en pans coupés, conduisant á d'autres galeries. Les hôtes de Giulietta sont groupés debout ou étendus sur des coussins. Tableau brillant et animé.)

NICKLAUSSE

Belle nuit, ô nuit d'amour,
souris à nos ivresses,
nuit plus douce que le jour,
ô belle nuit d'amour!

GIULIETTA, NICKLAUSSE

Le temps fuit
et sans retour emporte nos tendresses!
Loin de cet heureux séjour,
le temps fuit sans retour.
Zéphyrs embrasés,
versez-nous vos caresses;
zéphyrs embrasés,
versez-nous vos baisers,
Ah!
Belle nuit, ô nuit d'amour,
souris à nos ivresses,
nuit plus douce que le jour,
ô belle nuit d'amour!


LES INVITÉS

Ah!

GIULIETTA, NICKLAUSSE

Ah! Ah!

(Giulietta et Nicklausse entrent en scène,
venant lentement de la galerie du fond.)

(En Venecia. Galería de baile en un palacio del Gran Canal. Escalinatas,
columnas, faroles, arañas, sillones, flores. Puertas laterales en primer
plano, más lejos puertas anchas o arcadas en paneles, que conducen
a otras galerías. Los huéspedes de Julieta están agrupados de pie o
tendidos sobre almohadones. Cuadro brillante y animado)

NICKLAUSSE

¡Bella noche, oh, noche de amor!
Sonríe a nuestra embriaguez,
noche más dulce que el día.
¡Oh, bella noche de amor!


JULIETA, NICKLAUSSE

¡El tiempo huye sin cesar
y se lleva nuestras ternuras!
Lejos de esta feliz morada,
el tiempo huye sin cesar.
Céfiros ardientes,
dadnos vuestras caricias.
Céfiros ardientes,
dadnos vuestros besos.
¡Ah!
¡Bella noche, oh, noche de amor!
Sonríe a nuestra embriaguez,
noche más dulce que el día.
¡Oh, bella noche de amor!

INVITADOS

Ah!

JULIETA, NICKLAUSSE

¡Ah! ¡Ah!

(Lentamente Julieta y Nicklausse
vienen de la galería del fondo.)


El texto y la traducción son de Kareol